Sociedades civiles del mundo desafían a la multinacional Gilead

Acciones de la sociedad civil en todo el mundo desafían a las patentes de la multinacional Gilead para impedir la apropiación de medicamentos contra la hepatitis C y garantizar el acceso al tratamiento

Río de Janeiro, 20/05/2015 – La empresa multinacional Gilead intenta conseguir patentes inmerecidas para el sofosbuvir, medicamento contra la hepatitis C, y esto puede evitar que miles de personas en Brasil reciban el tratamiento que necesitan para superar los daños causados ​​por la enfermedad, dijo el Grupo de Trabajo sobre la Propiedad Intelectual de la Red Brasileña para la Integración de los Pueblos (GTPI / REBRIP). El GTPI está disputando la patente de Gilead como parte de una serie de nuevas acciones coordinadas a nivel mundial por la sociedad civil que tendrá importantes implicaciones en la lucha contra la creciente epidemia de Hepatitis C, que mata a más de 700.000 personas por año en todo el mundo.

El GTPI, la Fundación Grupo Efecto Positivo, la Red Ucraniana de personas que viven con el VIH / SIDA, la Coalición de Preparación para Tratamiento (ITPC) y la I-MAK (Iniciativa de Acceso a Medicamentos y Conocimiento) presentaron acciones de oposición a la patente en Argentina, Brasil, China, Rusia y Ucrania, detallando cómo Gilead está tratando de abusar de las leyes de patentes al reivindicar conocimiento que se encuentra en dominio público como propio – y al hacerlo reduciendo el acceso al tratamiento de la hepatitis C a las personas que lo necesitan. Las oposiciones contra las patentes para Sovaldi – nombre de marca del medicamento sofosbuvir – demuestran que, a pesar de los beneficios médicos que tiene el sofosbuvir, fue desarrollado utilizando información publicada previamente y está basado en compuestos que ya se conocían. Estos casos se refieren a oposiciones de patentes presentadas el año pasado en Europa y la India, donde la decisión sobre la patente aún está pendiente. Después de las protestas realizadas en la India, Egipto rechazó el año pasado una solicitud de patente para sofosbuvir.

DOCUMENTO DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA OPOSICIÓN A LA PATENTE PRESENTADA EN BRASIL

GTPI ABIA 200515

Brasil está entre los países con mayor carga de infección de la enfermedad. Se estima que más de 1,5 millones de personas viven con el virus de la hepatitis C en el país, pero la gran mayoría no son conscientes de su estado. En la actualidad, sólo 15.000 personas están bajo tratamiento. El Gobierno está haciendo esfuerzos para incluir en el sistema de salud pública nuevas opciones de tratamiento con una mayor posibilidad de curación, como sofosbuvir, y para ampliar el número de pacientes en tratamiento. Sin embargo, el precio de 7.500 dólares fijado por Gilead para 12 semanas de tratamiento con sofosbuvir y recientemente revelados por la Conitec (Comisión Nacional para la Incorporación de Tecnología en el SUS) llevará al racionamiento de este medicamento: sólo los pacientes en la etapa más avanzada de la enfermedad o en mayor riesgo de progresión, como coinfectados por el VIH y la hepatitis, serán elegibles. Y aún para los pacientes en estas circunstancias no hay ninguna garantía de acceso para todos: las estimaciones indican que, en promedio, 146.000 personas pueden estar co-infectadas de hepatitis C y VIH, pero dentro del presupuesto disponible sólo 30.000 personas podrán tratarse en el corto plazo.

“Los estudios demuestran que el sofosbuvir puede producirse por alrededor de U$S100, sin embargo, Gilead está cobrando un precio de U$S7.500 en Brasil”, dijo Marcela Vieira, abogada y coordinadora del GTPI. “Con cerca de 1,5 millones de personas infectadas con la hepatitis C en Brasil, el precio cobrado por Gilead es muy injusto. Esto significará que sólo una pequeña fracción de estos pacientes será capaz de obtener el tratamiento que necesitan. Las patentes inmerecidas representan una violación no sólo de la ley de patentes, sino también de los principios del el SUS, el sistema de salud pública en Brasil. Estamos presentando esta oposición a la patente para el bien de todos los brasileños que necesitan tratamiento de la hepatitis C y para asegurar que los precios exorbitantes cobrados por Gilead no violen el principio jurídico de universalidad que hemos adoptado en Brasil”.

Como parte del creciente movimiento contra las prácticas comerciales de Gilead, que se realizan a expensas de la salud de la población, personas que viven con la hepatitis C y sus familias, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales de los pacientes están llevando a cabo protestas en Tailandia hoy para desafiar los abusos de las compañías en su intento de obtener patentes injustificadas que impiden que los pacientes reciban el tratamiento. ONGs y líderes en el área de salud de ese país enviaron una petición a Gilead para pedir por el fin a sus abusos relacionados con las patentes.

El virus de la hepatitis C, que la Organización Mundial del Comercio ha llamado una “bomba de tiempo viral”, afecta a cerca de 150 millones de personas en todo el mundo. Sin tratamiento, la enfermedad puede conducir a daño hepático o incluso cáncer de hígado, y mata a cerca de 700.000 personas cada año. A principios de este mes, la Organización Mundial de la Salud añadió el tratamiento de la hepatitis C, incluyendo al sofosbuvir, a su lista de medicamentos esenciales y abogó por menores precios para lograr que todas las personas que necesitan la droga sean capaces de acceder a la misma.

Por medio de patentes ilegítimas, Gilead esta exigiendo un precio fuera del alcance de muchas personas – que llega a $ 1.000 por tableta en los EE.UU. – y precios igualmente altos en los países en desarrollo, donde viven la mayoría de las personas con hepatitis C. Sólo en los últimos 15 meses, Gilead registró ganancias récord de U$S 16 mil millones – en gran medida gracias a las ventas de sofosbuvir.

Un estudio reciente de la Universidad de Liverpool informó que los productores de genéricos pueden fabricar el tratamiento de 12 semanas por unos U$S 101.

“El criterio global para las patentes es claro: están reservadas para los medicamentos que han demostrado no ser obvios, ser nuevos y ser útiles”, dijo Tahir Amin, co-fundador y director de propiedad intelectual de I-MAK. “Al buscar la exclusividad de conocimiento científico que ya se encuentra en dominio público, Gilead se asemeja a un propietario que cobra un alquiler muy caro por tierra de la que no es el propietario legítimo.”

“Teniendo en cuenta esta crisis de salud pública mundial en expansión, que afecta a 150 millones de personas, las patentes están impidiendo que las personas con hepatitis C accedan al tratamiento que necesitan para sobrevivir y estar bien”, dijo Priti Radhakrishnan, co-fundadora y directora de acceso al tratamiento de I-MAK. “Al liberar al sofosbuvir de patentes inmerecidas, ayudamos en la lucha contra esta enfermedad mortal y a hacer que más personas lleguen al medicamento que necesitan para vivir una vida sana y productiva. Millones de vidas están en juego – especialmente en países en desarrollo como Brasil, Argentina y Ucrania, donde se concentra la enfermedad”.

“El único medicamento que ofrece beneficios aquél al que los pacientes puedan tener acceso”, dijo la doctora Jennifer Cohn, directora médica de la Campaña de Acceso a Medicamentos de Médicos sin Fronteras (MSF), que está ampliando proyectos de tratamiento para la hepatitis C en varios países. “Es muy preocupante ver que el alto precio de los medicamentos contra la hepatitis ha llevado a racionar el tratamiento. Con millones de personas que necesitan tratamiento en los países en desarrollo, es necesario un esfuerzo global coordinado para garantizar que los medicamentos eficaces estén disponibles para tantas personas y tan pronto como sea posible”.

El creciente movimiento global de oposición a las patentes ilegítimas de Gilead sobre medicamentos contra la hepatitis C se remonta a los esfuerzos de médicos, científicos, abogados y grupos de pacientes a finales de los años 90 para acercar los medicamentos contra el VIH a millones de personas a través de disputas para eliminar las patentes que bloquean el acceso al tratamiento del SIDA en todo el mundo.

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